sábado, 11 de octubre de 2014

Premios Nobel

Me alegró mucho saber que han concedido el premio Nobel de literatura a Patrick Modiano. Es un escritor que sigo desde hace tiempo y siempre me he reconocido en su cadencia rítmica y detallista. Lo primero que leí de él fue un relato titulado Johnny, en los albores de mi época universitaria. Luego vinieron lecturas como Une jeuneusse o Villa triste -esta última llevada al cine con el titulo Le parfum d'Yvonne-. Después seguí complaciéndome con otras novelas suyas que no desmerecieron las anteriores. De Modiano se ha dicho que es un escritor que siempre cuenta lo mismo. Quizás eso es lo que parezca a unos críticos acostumbrados a la novela vertiginosa y enseguida desechable de nuestro tiempo. Personalmente creo que Modiano no cuenta siempre lo mismo porque lo hace de modo distinto y desde distinta perspectiva. En cualquier caso, lo hace de la manera en que predomina el cómo sobre el qué, como todo buen artista, como aquel Flaubert que escribía La educación sentimental, gran novela que en opinión de algunos no cuenta nada.

Hace unos años dieron el premio Nobel de literatura a Jean-Marie Le Clézio, de lo cual también me alegré mucho, ya que había sido un autor que leí en mi adolescencia y del que nunca llegué a olvidar el sabor a salitre de algunas líneas. La vida me lo presentó en un bonito volumen de la colección Xabarín de Edicións Xerais de Galicia, con ilustraciones en blanco y negro y traducido al gallego. Me gustó saber muchos años después que a aquel escritor de Mondo e outras historias le habían reconocido su buen trabajo con un galardón tan importante. Hasta tuve el honor, el mismo año de la entrega del Nobel, de colocar una gran cantidad de volúmenes recién impresos entre las estanterías y las mesas de un espacio donde fui librera durante un tiempo y de recomendárselo a no pocos lectores.

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