domingo, 23 de noviembre de 2014

El tren

Desde siempre he sido usuaria asidua del transporte público colectivo. Cuando era niña, papá tardó en tener coche. No lo tuvimos hasta que nos fuimos a vivir a Galicia, porque Barcelona, donde vivimos hasta entonces, era una ciudad bien comunicada. Mi infancia transcurrió entre centenares de viajes en tren de un lado para otro. A veces pagábamos un compartimento entero de literas sólo para nosotros cuando atravesábamos la península de lado a lado. Aquello era fantástico. Mamá siempre dijo que en su pueblo había ayuntamiento, río, carretera nacional y estación de ferrocarril. Cada verano, cuando estoy en el pueblo, vuelvo a escuchar antes de dormirme el paso rápido del tren surcando el valle hasta que desaparece entre las montañas, a la vez que la corriente del río. En trenes he leído novelas enteras y escrito en mis cuadernos; he escuchado mucha música y hablado con muchas personas que tenían historias que contar. 
Ahora cojo casi a diario los trenes de cercanías para llegar a algún punto donde tengo que dar mi clase. Ahora también vivo a cinco minutos a pie de la estación y no pocas veces el pitido del tren rompe el silencio de la casa, aunque jamás me molesta.

jueves, 30 de octubre de 2014

Estar enfermo -hace unos días-

Hace una semana no pude asistir al trabajo. Se van notando las bajas de los alumnos en clase debido a las epidemias que comienzan en otoño. Yo me contagié después de ellos. No hay cosa más aburrida que estar enfermo, ya que el cansancio es tan grande que no da tregua a hacer nada de lo que te gusta.
Hoy me siento con energía aunque el cielo esté encapotado. Ayer me vino muy bien pasar el día en un pueblo de la montaña en buena compañía y poder achuchar a varios gatos preciosos, suaves y mimosos. Mi favorito fue Dimitri, que tanto me recordó a mi querido Tito.

sábado, 11 de octubre de 2014

Premios Nobel

Me alegró mucho saber que han concedido el premio Nobel de literatura a Patrick Modiano. Es un escritor que sigo desde hace tiempo y siempre me he reconocido en su cadencia rítmica y detallista. Lo primero que leí de él fue un relato titulado Johnny, en los albores de mi época universitaria. Luego vinieron lecturas como Une jeuneusse o Villa triste -esta última llevada al cine con el titulo Le parfum d'Yvonne-. Después seguí complaciéndome con otras novelas suyas que no desmerecieron las anteriores. De Modiano se ha dicho que es un escritor que siempre cuenta lo mismo. Quizás eso es lo que parezca a unos críticos acostumbrados a la novela vertiginosa y enseguida desechable de nuestro tiempo. Personalmente creo que Modiano no cuenta siempre lo mismo porque lo hace de modo distinto y desde distinta perspectiva. En cualquier caso, lo hace de la manera en que predomina el cómo sobre el qué, como todo buen artista, como aquel Flaubert que escribía La educación sentimental, gran novela que en opinión de algunos no cuenta nada.

Hace unos años dieron el premio Nobel de literatura a Jean-Marie Le Clézio, de lo cual también me alegré mucho, ya que había sido un autor que leí en mi adolescencia y del que nunca llegué a olvidar el sabor a salitre de algunas líneas. La vida me lo presentó en un bonito volumen de la colección Xabarín de Edicións Xerais de Galicia, con ilustraciones en blanco y negro y traducido al gallego. Me gustó saber muchos años después que a aquel escritor de Mondo e outras historias le habían reconocido su buen trabajo con un galardón tan importante. Hasta tuve el honor, el mismo año de la entrega del Nobel, de colocar una gran cantidad de volúmenes recién impresos entre las estanterías y las mesas de un espacio donde fui librera durante un tiempo y de recomendárselo a no pocos lectores.

jueves, 9 de octubre de 2014

Otoño -ayer-.

Arrastro el cansancio de ayer, pero mañana será un día más disipado en el trabajo y el viernes comienzan las Festes de la tardor en la Ciutat de les roses.
Todavía hace tanto calor como en algunos días de verano. El equinoccio ha traído algunas tormentas, amarilleado las hojas y producido setas a los pies de los árboles. A pesar de la temperatura engañosa de este mes, el otoño acude puntualmente a su cita y lo demuestra con señales inequívocas.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Días

Hay días en que todo ocurre: al salir de casa el ascensor está en el ático y algún vecino retiene la puerta, así que tienes que bajar por las escaleras; cuando estás casi en la estación para coger el tren, tienes que volver a casa a buscar algo que se te ha olvidado; comienza a llover y el lodo que se forma entre las primeras gotas y la suciedad de la acera, te hace resbalar y te caes; el título de transporte está agotado y te quedas encerrada en la salida que comunica la fábrica con el ferrocarril mientras te observan dos cámaras de vigilancia. Afortunadamente ni llegué tarde, ni me hice daño ni fue irreversible lo del transporte público. Cuando ocurren cosas como éstas, lo que estás deseando es volver a casa y que transcurra el resto del día sin incidentes. Al día siguiente, parecía que todo había vuelto a la normalidad.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Viernes

Después de noches de tormenta y días de sol tamizado, comienza a dejarse entrever la llegada del otoño. La lluvia copiosa del otro día desprendió las hojas muertas de los árboles de la rambla y dejó en el suelo una larga alfombra dorada como destinada a la ceremonia del equinoccio. 
Después de toda una semana de trabajo, llega el esperado viernes, anticipo de reposo y bienestar.




viernes, 12 de septiembre de 2014

Esta noche

Atardece mucho antes y, por primera vez desde antes del verano, la noche es más fresca. Tengo puertas y ventanas abiertas, pero esta noche me he permitido el lujo de cubrirme los hombros con una bata de terciopelo.

lunes, 8 de septiembre de 2014

En el cine

Dediqué un rato de la tarde de ayer a ver una película en el cine. Siempre me ha gustado ir al cine. Por mucho que ahora las casas estén preparadas para ver la película que uno quiera, cuando quiera y como quiera, no me parece lo mismo en absoluto que asistir a una sesión de cine. Faltan en casa el espacio a lo grande, la envoltura del sonido, la pantalla enorme, la magia de la oscuridad de principio a fin. Tampoco es más caro que tomarse un par de copas en cualquier sitio y, las películas que se ven en el cine, permanecen en la memoria, o al menos a mí me lo parece.
La película de ayer era la última de Clint Eastwood, director que encuentro no sólo correcto en algunas de sus obras, sino redondo e interesante. Jersey Boys es las dos cosas y mucho mejor de lo que deja ver el tráiler, aunque mi favorita siga siendo Más allá de la vida.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Confusión

En el momento de despertar he sentido esa confusión de no saber muy bien en qué lugar estaba, cómo era la orientación de mi cama respecto a los muebles, a la ventana del dormitorio, a la estancia contigua y al resto de la casa. Seguramente sea una situación que hayamos vivido todos, lo mismo que un dejà vu, aunque mucho más familiar en aquellas personas que han habitado varios sitios o que acostumbran a viajar. A veces es necesario adaptarse a la propia casa, después de haber dormido en varias camas distintas a lo largo de las vacaciones. Eso sí: aun acostumbrada al nomadismo, no puedo dejar de desear dormir en mi cama.

lunes, 1 de septiembre de 2014

En un jardín

Esta mañana, después de pasear e ir en busca de librerías por el barrio de Gràcia, sobre un peldaño de las escaleras que dan a un jardín donde se puede degustar un café, había un gato suave color blanco y albaricoque que pasaba el tiempo enroscado sobre la superficie fresca del escalón. Al acercarse un poco se podía ver que había perdido pelo de la cola y parecía algo enfermo. Acogió bien las caricias pero, en un momento dado se levantó y descendió hacia donde estaban algunas mesas y taburetes de hierro, andando sólo sobre tres patas. ¡Pobre Albaricoque! Después del café, fue grato acariciarlo de nuevo antes de marcharme.

domingo, 31 de agosto de 2014

Lectura

Escudriñando en la nueva biblioteca de la casa materna, instalada en el desván bajo tejado de pizarra y ventanas con vistas al cielo, con casi todos los libros ya ordenados desde la mudanza, me centro en una colección de novela española del siglo veinte y escojo para los próximos días el primer volumen de La forja de un rebelde de Arturo Barea. Disfruto de la lectura y dejo una reseña: http://www.lecturalia.com/libro/35155/la-forja-de-un-rebelde

Contrastes



viernes, 29 de agosto de 2014

Cuarenta

Hoy cumplo cuarenta años. En una bonita película italiana, el protagonista, que cumplía ochenta años, decía: "-Hoy cumplo ochenta años. ¿Es mucho? ¿Es poco?-" y luego añadía: "-puede resultar la mejor edad". Me había gustado aquella reflexión. Creo que cualquier edad puede resultar la mejor, ¿por qué no? y, lejos de esconder la que he alcanzado, me siento feliz por poder decirlo.

jueves, 28 de agosto de 2014

En pruebas

Mañana, con motivo de mi cuadragésimo cumpleaños, comienzo a escribir en este espacio. Salud.